martes, 24 de abril de 2012

¿Un poquito de caos?

Pasaba por aquí y de repente me plantee escribir. Pero, ¿escribir qué?, porque últimamente no es que la inspiración me encuentre.
He sacrificado a la musa de mis palabras por tenerla en mi cama, y si les soy sincera, la prefiero en horizontal, susurrándole calor a mi cuello.


Puedo hablarles de cómo se pierde mi mirada cada día buscando una sonrisa, o quizás un fin a ese cielo eterno que se abre ante mí.
¿Han sucumbido el placer de ver un cielo estrellado desde una de las plazas más grandes y hermosas de Europa? Pleno centro de la ciudad y, a pesar de las luces, ahí estaban ellas, brillando acompañadas, pequeñas luces de vida. Y así cada noche.


No, ¿saben qué?, mejor les comento cómo los aviones están haciendo de mi claustrofobia inexistente algo presente. Bueno, en realidad da igual. ¿Y si les comento qué hace una chica como yo en un blog como este?


¡Mejor aún! ¿Podrían decirme cómo alguien puede enamorarse de una chica como yo, con un blog como este? Oh, eso es algo que debería consultar con la almohada. Y hablando de almohadas, ¿contar ovejas o contar abejas? Contar abejas sería más complicado, con lo cuál sería más fácil dormir. Las ovejitas no me dan sueño, me las imagino suaves y esponjosas y me dan ganas de achucharlas, pero no de dormir con ellas, que tienen pezuñas. Claro que dormir con abejas es algo que me da un poco mucho pánico. Pero nada...


Está bien, lo siento, no volverá a pasar. Si ven a mi musa díganle que mañana la espero en mi cama, que por favor sea puntual, pues tengo un poco de prisa.


¿Una Coca-Cola? También tengo caramelos. Y una maleta por terminar, demasiadas cosas que guardar. ¿Para qué? Pues no lo sé, pero quizás mañana lo averigüe. O puede que hoy. O dentro de unas horas.


Ya me callo. Sean felices.