En sus piernas encuentro un nuevo camino infinito hasta el punto de su ser con el cual me propongo estremecer su cuerpo, arquear su espalda, hacer que tiemblen sus piernas y la cama.
Mi cuerpo reacciona con tan solo pensarla, se me eriza la piel con tan solo rozarla. Mirarla y temblar, perderme en sus ojos y que no haya nada más.
Son detalles, son sus manos, sus labios, sus piernas y su piel. Es su pelo acariciando mi espalda y los latidos de su corazón al acompasarse con los míos, al dormirse sobre mí.

Soy un koala que espera a su tortuga.
Tartaruguiña.
Te quiero.
ResponderEliminarQué suerte la mía... ^^
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