martes, 15 de noviembre de 2011

Lágrimas saladas de un recuerdo dulce.

Recuerdo tus palabras, recuerdo tus susurros, recuerdo tus caricias en la nuca y tus abrazos a escondidas. Recuerdo tu dulzura y las lágrimas que emanan de mis ojos al recordar tu sonrisa. Lágrimas saladas, que me recuerdan a ti. Saladas, dulces y amargas, como tu recuerdo. Tus palabras del pasado, tus olvidos del presente.
¿Recordarás mi sonrisa? Yo recuerdo tus manos. ¿Recordarás mis caricias? Yo aún recuerdo tu aliento.
No lloro porque sufra, son lágrimas de descanso, son lágrimas de alegría, son tus lágrimas, hechas mías. Y nadaré en este charco pensando en ti, en alcanzarte. Nunca llegaré, se borraron tus pasos, perdí tu huella. ¿Dónde estás? Me lo pregunto cada día.
Es el caos de mi mente, que hoy te trae a mí y hace que seas tú la responsable de derribar mis murallas, de abrir un camino, de recordar la inocencia.
Inocencia interrumpida por tu amor, inocencia interrumpida por tu dolor. Un dolor que hice mío, tan mío que aún lo llevo. ¿Ves este lunar? También es tuyo, lo aprecié desde que te fuiste. ¿Y mis ojos? Son los tuyos, te los regalé cuando me miraste. 
El charco sigue creciendo y ¿sabes qué? Sé nadar. Y todo gracias a ti. Crecí, no tengo alas, pero puedo volar si pienso en ti. 
Extraño tu piel, tan suave como tu pelo. Extraño tus labios emanando palabras que olvidé, palabras que aún recuerdo y palabras que inventé, para no callar tu ausencia. 
Te extraño, pero el muro que tu recuerdo derribó me ayudó a no olvidarte sin llorar. Y lloré, y aún hoy lloro y sólo por ti. 
Y las palabras de esa niña que un día te gritaron, palabras de odio y rencor que por tu partida dirigí a dios, un dios en el que no creo y todo por no odiarte a ti.
Te fuiste al poco de llegar y me dejaste perdida en una infancia que nunca más volverá.
¿Orgullo? Por ti, por mí. Orgullosa de mis ojos, que fueron tuyos y que hoy ven lo que tú ya no puedes. Orgullosa de mis labios, como los tuyos, que besan el amor que tú ya consumiste. Orgullosa de mis manos, que esta noche te escriben sin razón y con la razón que el corazón me dio para amarte. 
Te escribo a ti, que jamás podrás leerme, pero te escribo. Te escribo porque esta noche busqué la luna y no la encontré, al igual que busco tus palabras cada noche, perdidas en el infinito de tu adiós. 
No dijiste adiós, yo a ti tampoco. Te lo digo ahora, que ya te has ido, y aún así, tanto tiempo después, te anhelo. 
Déjame tu frágil mano para poderme agarrar en este abismo de soledad que ya no está tan vacío. Aprendí a vivir contigo, sin ti. Y aquí estás, te siento en mi pecho, con cada latido y respirar.
Y hablando de respirar, cada noche extraño tu suave cantar. 
Te extraño. Y lo más bonito de recordarte es la sonrisa que en mi rostro se dibuja, hoy entre lágrimas, para alimentar con más fuerza tu recuerdo.
¿Lo recordarás? Ya lo hago yo por ti. 

miércoles, 31 de agosto de 2011

Una noche.



Tus manos sobre mis rodillas, juegan en círculos eternos sin principio y con un fin. Se mueven, despacio por la distancia que deja mi piel, subiendo, bajando y volviendo a subir. Te acercas, sigilosa, hacia el punto del placer donde unes tus ganas con mi deseo. Unos dedos que siguen la linea de mis piernas, juegan y estremecen hasta el último resquicio de mi ser.
Te acercas, te alejas, juegas, me besas. Tiemblo, me sujetas, no caigo, me dejas. 
Te adentras, me pierdo.
Por un instante viajo a aquel lugar donde te vi, por primera vez. Bañada por gotas de lluvia y sudor, con mis manos en tu rostro para perfilar la trayectoria de aquel beso. Fue breve, dulce y suave, presagio de nuestra historia.
Cierro los ojos y me invade tu esencia, recuerdo tu aroma y me toca tu presencia. Me rodeas, me presionas, me giras, giro, te veo y me besas. Me aprietas contra ti, puedo sentir tu calor, tu corazón. 
La humedad crece entre las dos, me acelero, te aceleras, empiezo a ceder, pierdo el control, no respondo, tú respondes al silencio de mis gemidos y te fundes. Nos perdemos en el espacio de aquella habitación, demasiado pequeña y aún así suficiente para las dos. 
A oscuras te busco, me encuentran tus manos que perfilan mi figura. Tú juegas a perderte, yo juego a que me encuentras y cansadas de no cansarnos nos perdemos en la noche, presas de la oscuridad.
Amanece, y con el sol, mis ganas. Fue una noche y con ella su mañana. Juguemos otra vez, quiero la revancha. 



miércoles, 13 de julio de 2011

¿Qué es eso que suena? ¿Por qué tan romántico?





Entra en mi atmósfera, es de noche y todos los gatos son pardos, no sé muy bien qué haces aquí, no sé muy bien cómo he llegado hasta aquí.
Me escurro entre gente que baila con los ojos cerrados, me giro, te giras, me sigues...  ¿Qué es eso que suena? ¿Por qué tan romántico?
Ahora aún más oscuro, el pasillo es mío... Bueno ahora... También tuyo. 
Me giro, te giras, me sigues... ¿Por qué sonrío? ¿Por qué sonríes? 
Troto, trotas, corro, corres, subo las escaleras, abro la puerta, ¿dónde estamos? ¿Cómo has llegado hasta aquí?
El aire araña mi cara, abres la puerta, me giro , me miras, te acercas a  mí. ¿Qué es eso que suena? ¿Por qué tan romántico?
Sonrío, sonríes, entra en mi atmósfera, ¿quién de los dos es más gato pardo?. 
Me besas, te beso, me besas, te beso, me besas, te beso, me besas, sonrío cerca de tus labios, sonríes cerca de los míos. ¿Por qué quiero comerte? ¿Quieres tú?
Toco tu pelo, tocas mi cuello, chupo tu cuello, bailan tus dedos en mi camiseta, te muerdo, me muerdes, te muerdo, me muerdes, te muerdo. ¿Por qué quiero abrazarte? ¿Quieres tú?
Rodeo tu cuerpo con mis brazos, me rodeas con los tuyos, me miras a los ojos, los cierras, me aprietas, te aprieto, me aprietas, te aprieto. ¿Por qué quiero tu locura? ¿La quieres tú?
Me separo y corro hacia la pared, me empujas contra ella, sonrío, sonríes, te acercas a mí, la pared no me deja huir, me besas, te beso, me besas, te beso. ¿Por que quiero desnudarte? ¿Querrás tú?
Deslizas tus manos por debajo de mi camiseta, levanto los brazos, besas mi pecho, te quitas la camisa, te bajo el pantalón, me empujas más fuerte, la pared no me deja huir, me bajas el pantalón... Me miras, te miro, me miras, te miro, sonríes, sonrío... ¿Por qué quiero suspirarte? ¿Querrás tú?
Te tiro al suelo, me arrodillo sobre ti, le susurro a tu oído, a tu boca, a tu barbilla, me tumbas en el suelo y te pones encima, te araño, te acercas, suspiro, suspiras, suspiro, suspiras. ¿Por qué quiero tu secreto? ¿Lo querrás tú?
Besas mis piernas, beso tu cuello, aprieto tu pelo contra mi abdomen, estrujas mi espalda,   acabo con el resto de tu ropa, terminas de desnudarme, te colocas entre mis piernas, me besas, te beso, me besas... ¿Por qué querré follarte? ¿Querrás tú?
Me curvo, empujas, me muevo, empujas, me muevo, empujo, te mueves, sudo, sudas, te beso, me besas, te araño, me muerdes, me muevo, tu ritmo, mi ritmo, nuestro ritmo, acabas, acabo, soplas en mi cuello, sonrío, sonríes, me miras, cierras los ojos...
¿Qué es eso que suena? ¿Por qué tan romántico?




Relato de Jesús M. Hernández -> @Dayatpark :)

viernes, 8 de julio de 2011

Escribirte, escribirme, nos. En horizontal.


Tu sonrisa me grita que la bese, tus labios me gritan que los muerda y tus ojos me desnudan en una espiral de deseo. 
Yo te miro y me derrito mientras recoges mis restos del suelo. Me tocan tus manos, que son mías, son las mías, o quizá no.

Una brisa acaricia dulcemente mi nuca, es tu aliento, tus susurros camino de mi oído. Son susurros, secretos a voces que descienden por mi cuello lentamente, pasando por mi hombro y deslizándose sobre mi pecho. Son tus labios que escriben sobre mi cuerpo con ayuda de tu lengua que juega al escondite. 
Escribes una y otra vez sobre mi piel las palabras que los gemidos no te dejan pronunciar. Sonidos callados, ausentes en la habitación y presentes en nuestros cuerpos.
Tus manos me buscan, las mías sirven de guía y juntas emprenden el camino hacia un mundo nuevo sin explorar, de tu mano.

Me guías por un nuevo sendero, tu mano me lleva lejos, muy lejos.
Nuestras miradas se cruzan en la desesperación de buscarse y no encontrarse, se pelean, se penetran y se paralizan.
Tus dedos callan mis labios que piden ser callados por los tuyos, ocupados con el resto de mi cuerpo. Se curva mi espalda, se cierran mis ojos, agarro fuerte la almohada y...

Sonríes, aún sudando, mientras mis manos juegan con tu espalda erizándote la piel. Mis dedos tocan en tu piel una pieza de caricias al ritmo de un vals. 
Nos miramos, nos reímos, oculto mi cabeza bajo la almohada y noto tu mano acariciando mi vientre.

Soy ahora yo la que quiere jugar con tu cuerpo, con mis manos, con mis labios, todo. 
Te muerdes el labio y yo no puedo evitar querer hacerlo también. Muerdo tu oreja, bajo por tu cuello jugando en zig zag y te estremeces, me estremeces y los escalofríos comienzan a jugar, van por ti, van por mí.
Voy cayendo sin red, que tu mano me guíe y tu voz me ilumine hacia el final.
Te ibas, te vas, te fuiste.


Te escribes sobre mí, me escribo sobre ti. Ambas yo, sin ser tú nada, juego con la esquizofrenia de sentirte sobre mí. 
Escribiendo, en horizontal. 

(Foto sacada de: http://clitorixia.tumblr.com/post/7378926782/porque-la-euforia-tambien-se-expresa )


jueves, 23 de junio de 2011

¿Y si los hombres menstruaran y nosotras no?

Os dejo un extracto de Gloria Steinen que creo bastante curioso. Espero lo disfrutéis.




"¿Qué pasaría si, por ejemplo, de repente, mágicamente, los hombres menstruaran y las mujeres no?
La respuesta es clara: la menstruación se convertiría en un evento masculino envidiable y lleno de orgullo.
Los hombres alardearían acerca de la cantidad y la duración.
Los muchachos marcarían el inicio de la menstruación, que se alargaría como una prueba de virilidad, con un ritual religioso y fiestas.
El congreso fundaría un Instituto Nacional de Dismenorrea para ayudar a que terminen las incomodidades mensuales.
Los artículos sanitarios serían proporcionados por el gobierno, sin costo (claro que algunos hombres pagarían por el prestigio de las marcas comerciales como los tampones "John Wayne" o las toallas sanitarias "Mohamed Alí".
Los militares, políticos de derecha y religiosos fundamentalistas citarían a la menstruación como l aprueba de que sólo los hombres podrían servir en la Armada ("Tienes que sangrar para hacer sangrar") o para ocupar puestos políticos ("¿Podrían las mujeres ser agresivas sin ese ciclo gobernado por el planeta Marte?"), ser sacerdotes y ministros ("¿Cómo podría una mujer dar su sangre por nuestros pecados?") o rabinos ("Sin la pérdida mensual de impurezas, las mujeres se mantienen sucias").
Radicales, políticos de izquierda, místicos, etc, insistirían en que la mujer es igual, sólo diferente y que cualquier mujer puede asumir sus rasgos si está dispuesta a infringirse una gran herida cada mes ("DEBES dar sangre a la revolución"), reconocer la preeminencia de temas menstruales o subordinar su personalidad a la de todos los hombres en su "Ciclo de Iluminación". Los muchachos en la calle alardearían "Uso de las toallas más gruesas" o responderían a frases como "¡Hombre, te ves bien!", diciendo "¡Si, es porque estoy en mis días!". Los programas en la televisión tratarían el tema largamente ("los días felices") lo mismo los periódicos ("JUEZ CITA A ESTRÉS PREMENSTRUAL AL PERDONAR A VIOLADOR") y las películas ("Hermanos de sangre").
Los hombres convencerían a las mujeres que las relaciones sexuales son más placenteras "en esa época del mes". Se diría que las lesbianas temen a la sangre y a la vida en sí, quizá sólo necesitarían un hombre que menstruara lo suficiente a su lado.
Por supuesto, los intelectuales ofrecerían argumentos más morales y lógicos: ("¿Cómo podría una mujer manejar cualquier disciplina que demandara un sentido del tiempo, espacio, matemáticas, sin ese preciado regalo que es regir los ciclos de la luna y los planetas y en sí de regir cualquier cosa?") En los campos de la filosofía y la religión ("¿podrían compensar las mujeres la pérdida del ritmo del universo? ¿o por su falta de muerte y resurrección simbólica mensual?")
Los liberales de cualquier campo tratarían de ser amables: "El hecho de que esas personas no tengan el regalo de dar vida o conectarse con el universo es ya suficiente castigo".
¿Y cómo se le enseñaría a una mujer a reaccionar? Uno podría imaginar a las mujeres tradicionalistas aceptando todos los argumentos con un masoquismo leal y sonriente (organizaciones instarían a las amas de casa a herirse una vez al mes, se diría que la sangre del esposo es tan sagrada como la de Jesús y ¡también muy sexy!).


Las reformadoras intentarían imitar a los hombres, pretendiendo tener un ciclo menstrual. Todas las feministas explicarían hasta el cansancio que los hombres, también, necesitan ser liberados de la falsa idea de la agresividad por influencia de Marte, así como las mujeres tendrían que escapar de la envidia por la menstruación.
Las feministas radicales añadirían que la opresión y lo no menstrual es la base de todas las opresiones ("¡Los vampiros fueron los primeros que lucharon por la libertad!").
Las feministas culturales desarrollarían una serie de imágenes desprovistas de sangre en el arte y la literatura. Las feministas socialistas insistirían que sólo en el capitalismo los hombres son capaces de monopolizar la sangre menstrual.
Resumiendo, si los hombres pudieran menstruar, las justificaciones de poder podrían durar por siempre.


Si se lo permitimos."




Gloria Steinem (1984): "Outstrageous Acts and Everyday Rebellions".

viernes, 17 de junio de 2011

Amor y religión.

Me educaron en un hogar católico, me atrevería a decir que profundamente católico pero viendo lo visto a lo largo de algunos años puedo decir que profundamente liberal.
Mis padres, como buenos católicos, me educaron en la religión cristiana, católica, apostólica y romana. Me bautizaron a la temprana edad (si se le puede llamar edad) de 2 meses de escasa vida. Mi padrino, gran hombre, persona y ser en sí, es sacerdote, gran amigo de mis padres (los católicos). Mi madrina fue mi prima, que de católica no tiene nada, salvo el bautizo, la comunión y unas cuantas hostias (de la vida, eso si). Todo sea dicho, una madrina sin confirmar, todo un escándalo para la Santa Madre Iglesia.
A la temprana edad de 9 años hice (o me hicieron hacer) la primera comunión, la primera hostia (y a partir de esta llovieron muchas más, no sólo de índole religiosa). 
A mi temprana edad de 9 años, yo, con tantos pecados cometidos, me fui a confesar a aquel hombre mayor. No hace falta que os diga que me sobró una confesión para descubrir que poco le importaban mis problemas, más bien le importaba que rezara el santo rosario de los huevos (con perdón, padre dios) tantas veces como a él le pareciera oportuno.
Como buenos cristianos mis padres me enseñaron la religión desde valores como el amor, el respeto o la ayuda a los demás. El amor, mi madre siempre ha creído en el amor, el verdadero, el de una madre por un hijo, el de un amigo. No sé hasta qué punto cree en el amor romántico, mucho menos en el de Bécquer, pero hoy no es el tema a tratar.
Como iba diciendo, me enseñaron a creer en el amor entre personas, de igual y distinto sexo, me enseñaron a amar. Una mujer católica, apostólica y romana me enseñó que no importa el sexo de una persona sino lo que siente su corazón.
Hoy me han asaltado las dudas al venir dos ideas a mi cabeza, el AMOR y la RELIGIÓN. Se supone que esta última predica el amor y sin embargo lo condena. Condena el amor entre dos personas del mismo sexo. ¿Uno de sus motivos? Que no es “natural” pues no es el modo de procrear. Te hablan de procrear aquellos que no creían en que la tierra da vueltas alrededor del sol, aquellos que no creían en la teoría de la evolución, aquellos que te hablan de un amor superior, puro, omnipotente y omnipresente. 
Te hablan de procrear aquellos cuyos sacerdotes y monjas se pasan una vida entera profesando su amor a su dios, sin procrear. 
El amor de ese dios es para todos menos para los que aman a alguien de su mismo sexo. Te hablan de procrear susodichos especímenes de la raza humana que abusan de un niño, aún sin poder procrear (gracias a Dios). 
Las religiones prohiben el amor, te condenan al absurdo de un matrimonio eterno sin salida, aunque sea un infierno (¿No hablan ellos del cielo?), e incluso te condenan a los abusos que puedas sufrir.
Me enseñaron que la religión era algo bueno y un día creí en ella, tenía 10 años cuando empecé a desconfiar. Veía predicar amor a un cura, veía como incitaba a sus fieles a compartir, a ayudar, a quererse los unos a los otros... Ese mismo cura al que le gustaban los chismes de mal gusto, que ponía malas caras y que no te ayudaba si no dejabas dinero en la cestita. 
Dos cosas aprendí de la religión: a poner la otra mejilla y a no hacer a los demás lo que no quiero que me hagan. Hostias me han llovido muchas, he decidido no poner más mejillas sino evitar situaciones. Con respecto a lo segundo, lo secundo y moriré con esas palabras en mis labios.
Ahora bien, ¿Era necesaria la religión para aprender eso? Obviamente no.
A lo largo de mi corta vida he aprendido que el ojo por ojo y el diente por diente no hace nada sino dejarnos más ciegos e indefensos. Gracias, pero no.
El amor. Nunca me hablaron de amor como algo exclusivo entre un hombre y una mujer.
Nunca me dijeron que el amor entre dos hombres o dos mujeres podría ser algo más que el de amistad, nunca lo pregunté, nunca tuve duda alguna.
Si el amor es algo bello, permítanme dudar que su dios lo condene. Permítanme dudar que su dios exista al igual que ustedes dudan de la pureza de un amor. Permítanme dudar de la educación que ustedes puedan darle a mis hijos si ustedes no creen en la que pudiera yo darles, fuera con un hombre o con una mujer.
Permítanme dudar, que yo no les prohibiré pensar.

No les prohibiré opinar, no soy como ustedes. No les negaré la evidencia, no soy como ustedes. No les vetaré opiniones, no soy como ustedes.
Sólo les pido una cosa, respeten, que es gratis, aquí no les paso cestita.

No tengo nada más que decir, señoría. 

Sed felices, practicad el amor como bien podáis, queráis y os salga de los mismísimos ovarios y santos cojones. 


=)

martes, 24 de mayo de 2011

Cual rosa.. (III)

"Se despertó a la mañana siguiente tras una noche de insomnio y lágrimas en el sofá. Subió a su habitación para buscarla. La cama estaba vacía, deshecha y aún caliente.
De repente se giró, dio media vuelta y comenzó a correr, bajó las escaleras y en un abrir y cerrar de ojos llegó a la puerta, la abrió desesperada y..."


Había sido una semana de malas palabras, miradas perdidas en el rencor, lenguas que no se encontraban más que para pronunciar gruñidos.
El sol se fue de vacaciones, las nubes llegaron a hacer guardia y la lluvia hizo acto de presencia acompañada por truenos que hacían temblar el suelo y rayos que hacían arder al fuego.


"... se había ido. Estaba sola. Subió las escaleras de nuevo corriendo y se dejó caer sobre la cama, se abrazó a su almohada aguantando el llanto durante largo rato hasta que se quedó dormida. Un ruido en la cocina la despertó algo después. Sobresaltada bajó, asustada, esperando que fuera ella, deseando no estar sola, con la esperanza de haber soñado. Era Romeo, seguía estando sola.
Cogió al gato como pudo y lo dejó en el suelo, se echó en el sofá, encendió la tele, se quedó dormida...


Una brisa sutil se colaba por la ventana, recorría su cuerpo de pies a cabeza lentamente, fresca, suave y de algún modo también dulce. De repente sentía que la brisa dejaba de ser brisa para ser caricia... Se encogía pensando que soñaba, pretendiendo perderse en su sueño para soñar con ella.
Y soñando estaba cuando soñando la vio, soñada. Sus manos la tocaban dulcemente, lentamente se adentraban en su mundo bajo su atenta mirada. Los besos llovían sobre su cuerpo y en su sueño era suya. Y siendo suya voló por sus sentidos y estremecida entre sus brazos se desvaneció...
Despertó en su cama, encogida. Reparó en los brazos que la rodeaban, despertó de un sueño que no había sido sueño, despertó de nuevo para soñarla a cada hora, a cada instante por el resto de su vida.


No estaba sola, ella siempre estaría ahí, a su lado, entre sus brazos, para amarla."


Se trataba de alcanzar la cima cada día, la gloria, el cielo, bajar al infierno y ser feliz, juntas.
No hay nada fácil al igual que lo imposible no es más que una ilusión. Amar, sentir y crecer con ella fue lo más fácil que hizo, hace y hará.


En su camino ella es su luz, su faro guía, sus zapatos llevan sus pasos en dirección sus manos...
Como deporte trepar a su sonrisa, como afición perderse en sus ojos y como aspiración hacerla feliz.


Estaba condenadas a andar por un camino de curvas infinitas en las que perderse y dispuestas a cumplir su condena eternamente...

viernes, 6 de mayo de 2011

Todo

Un abrazo, un beso, una caricia. Una mirada, un gesto, una sonrisa. Todo, lo quiero todo.
Quiero una palabra, una canción, un susurro... Lo quiero todo.


Quiero ver amanecer en la playa, quiero ver atardecer en la montaña. Quiero un mojito en el Everest, una taza caliente de café en la arena frente al mar.
Quiero un viaje sin fin, olvidar el comienzo y vivir en pleno vuelo. Aterrizar para ver ríos y correr por la Sabana.


Todo y nada me hace falta para vivir el todo teniendo nada. Porque nada es todo si todo lo tienes y porque el todo es nada, si todo lo quieres.


Y quiero surcar los mares, descubrir rincones escondidos en las nubes. Quiero ver la tierra desde dentro, quiero atravesar el mar, llegar hasta el final. 


Quiero ser reina sin reino ni corona, sin trono ni rey. No quiero principitos de cuento cazadores de perdices. No quiero princesitas de color de rosa.


Quiero ser amazona, cabalgar noche y día, sin pecho y con arco.
Quiero ser la razón de mi existencia, independiente y sin estela.
Quiero no dejar rastro, ser visible por un segundo y olvidada en un instante.
Quiero ser recordada, por mis hechos, por mis letras, por sus ojos, todos ellos.
Quiero que me vean sin mirar, quiero mirar sin ver y quiero ver sin juzgar.
Quiero que me juzguen con razón, quiero que con razón no me juzguen.
Quiero ser jueza de mis pasos sin juzgar las huellas del pasado.
Quiero adelantarme en el camino para tirar de mi, para no caer.
Quiero tapar el agujero que dejó el rayo del olvido.
Quiero querer sin querer nada queriendo querer y sin querer.


Todo lo quiero sin querer nada.


Volar.
Soñar.
Cantar.
Sonreír.
Respirar.
Sentir.
Crecer.
Recordar.
Dormir.
Amar.
Escuchar.
Mentir.
Desear.
Olvidar.


Quererlo todo. No querer nada.






Quiero.

viernes, 29 de abril de 2011

Y así se hizo especial... - Cual rosa (II)

"Todo empezó como de costumbre... Un "hola qué tal", un "bienvenida"... "Un placer", un "igualmente"... 
Las palabras fluían, las sonrisas se escapaban, una no quería y la otra se dejaba querer... Sonrisas con hoyuelos y risitas a escondidas...
Bastaba una palabra, bastaban unos puntos suspensivos suspendidos en su silencio... Bastaba poco y nada para que las mariposas se colaran entre ellas, haciendo de la primavera un festival.
Sonreía y contagiaba su sonrisa... Sus hoyuelos hablaban por las dos, su sonrisa nerviosa le gustaba, sabía que era por ella, tenía el control, tenía el poder de hacerla feliz.




Sus manos eran pétalos de rosa que curaban sus heridas y arrancaban sus espinas... Entre las sábanas le enseñaba un mundo nuevo, la vida tenía otro color, en horizontal.
Se acabó el fingir, el esconderse... Ya de nada servía huir, ella la sujetaba pero no demasiado fuerte, sin ahogar... Su lazo la acariciaba cada mañana con sus dulces palabras y su "Buenos días, princesa" al cual, irremediablemente, contestaba ella con una sonrisa aún medio dormida e incapaz de abrir los ojos.


Como idioma sus besos, como dialecto sus lenguas y como jerga los suspiros.
El sol salía, perseguía a la luna hasta el anochecer, cuando el cansancio apagaba su fuego y agotado se marchaba sin ver a la luna aparecer. Mientras, ellas, ajenas a todo, daban vueltas en la cama, persiguiendo el aroma del placer, piel con piel, labio a labio sus manos viajaban ajenas a restricciones, por su propio universo.


Cual rosa era, aterciopelada, suave, bella y dulce... Como las perdices con pétalos de rosa de Laura Esquivel, cada vez que la probaba enrojecía y no había ducha fría que apagara el calor...
Sus espinas se escondían cuando ella la miraba, enmudecía, se estremecía y suspiraba... Era para ella, la quería a ella."


Por la mañana salía el sol y se sonrojaban sus mejillas. Daba igual si las nubes tapaban o no al astro, el calor de la cama iluminaba la habitación.
Ella sonríe, le da igual lo que le depare el día, bueno o malo, sabe que al volver  a casa estarán las luces que iluminan su camino.
Se levanta de la cama, se pone sus zapatos rojos, los chasquea cual Dorothy Gale y se dispone a caminar por las baldosas amarillas que la conducen a su maravilloso mundo de Oz.

martes, 19 de abril de 2011

Sonrisas 2.0

Son sonrisas escondidas, sonrisas que no se ven, sonrisas despertadas por una palabra, sonrisas virtuales, sonrisas a una ventana, una ventana al mundo 2.0.


Siempre tuve una relación especial con éste mundo 2.0 pero nunca pensé que pudiera llegar a cambiarme la vida así.
Hace algo más de un año comencé mi andadura en Twitter y, a día de hoy, puedo decir con total seguridad que es una de las decisiones mejor tomadas en mucho...


Ahora, más que nunca, las palabras tienen un significado especial para mi. Mi vida ha pasado a guiarse por pensamientos limitados a no más de 140 caracteres, a ver personas donde sólo hay un cuadradito y un nombre y a ver sentimientos más allá de las palabras. He aprendido que las sonrisas son más que una expresión facial.


Una sonrisa por este mundo virtual es fácilmente manipulable, es muy fácil escribir ":)" lo sientas o no, es muy fácil decir que si cuando quieres decir que no... Todo es más fácil, todo menos sentir.


Este blog ha sido creado gracias a esas sonrisas 2.0 que me ayudan a sonreír desde su pantallita de iPhone, BlackBerry, Smartphone... (ahora parezco un anuncio de telefonía móvil..). Gracias a esos soles que iluminan mis mañanas con un "Buenos días Twitter!".


Son vuestras palabras las que me hacen sonreír, son vuestras fotos las que me recuerdan que hay una razón más para sonreír... Sois vosotros los que dibujáis gran parte de mi sonrisa y es por eso que quiero devolver trocitos de felicidad.


Desde hace algo menos de dos años la sonrisa forma parte constante de mi rostro, por suerte o por desgracia para mi y para los que me rodean... Mi sonrisa puede contagiarse, expandirse, pero también puede apagarse. No soy inmortal y mi sonrisa tampoco, no soy de piedra y mi corazón tampoco.
Hace cuestión de días mantuve una conversación con la señora @_Peich (anteriormente conocida como @Peichita ) a cerca de mis intentos por sonreír constantemente. Exigirme una sonrisa continua está bien siempre y cuando sea sincera, siempre y cuando exprese lo que siento, pero no siempre es así. Últimamente soy la única en mantener la sonrisa, la única en ver el mundo a través de una película de optimismo, la única que no pierde la esperanza, la única que se mantiene de pie. Soy la única que ve el camino de baldosas amarillas y como consecuencia de ello soy la única que sigue caminando hacia Oz...
No voy a negar que me guste sonreír, no negaré tampoco que me guste ser el apoyo de todo amig@ y conocid@ que lo nencesite, pero sobre todo no puedo ni quiero negar que también me gusta saber que hay alguien que se mantendrá cuando yo caiga.
La conversación concluyó con una promesa, "no vetar emociones y no echármelo todo a la espalda", y no es cuestión de romper una promesa, o la señora se enfadará :)


Porque son esas conversaciones nocturnas, oscuras y profundas, esas que me dan miedo, esas que me alegran la noche... Son esas conversaciones transcendentales, son esos juegos matemáticos, son esos chistes malos (malísimos), son esas críticas a los "pseudogurús" de nuestro querido Twitter... Son esas conversaciones sin sentido, sin coherencia, sin orden ni concierto... Son esos movimientos de hashtag (#), esos follow/unfollow, esos TT... Porque son vuestras palabras las que me hacen sonreír.
Porque no hay nada como leer en silencio y romper en una carcajada, aunque te miren raro, aunque te digan loca...


Comprendo las razones por las que mucha gente no quiere desvirtualizar pero, pudiendo disfrutar el doble, ¿por qué negarse?
Porque os habéis convertido en algo demasiado grande como para ignorar y porque me hacéis crecer, me hacéis mejor y sobre todo me hacéis mantener la sonrisa.
Por las tierras del norte, por mis queridos Madriles, por lares catalanes y mundos de Valencia y por mis andaluces queridos...
No pienso privarme en éste futuro próximo de ver muchas de vuestras caras, de dar esos besos de abuela que tanto he prometido y esos abrazos curativos que sientan tan bien. No, no pienso privarme ver vuestras sonrisas frente a las mías, no pienso privarme.


Para vosotros va la mayor y más sincera sonrisa 2.0 jamás sentida..
:)




Os dejo un par de poemas de una de las recomendaciones de mi mami argentina, de Oliverio Girondo. (Léanse con acento argentino) ;)




Pleamar

Nada ansío de nada,
mientras dura el instante de eternidad que es todo,
cuando no quiero nada.


Poema 12

Se miran, se presienten, se desean,
se acarician, se besan, se desnudan,
se respiran, se acuestan, se olfatean,
se penetran, se chupan, se demudan,
se adormecen, se despiertan, se iluminan,
se codician, se palpan, se fascinan,
se mastican, se gustan, se babean,
se confunden, se acoplan, se disgregan,
se aletargan, fallecen, se reintegran,
se distienden, se enarcan, se menean,
se retuercen, se estiran, se caldean,
se estrangulan, se aprietan se estremecen,
se tantean, se juntan, desfallecen,
se repelen, se enervan, se apetecen,
se acometen, se enlazan, se entrechocan,
se agazapan, se apresan, se dislocan,
se perforan, se incrustan, se acribillan,
se remachan, se injertan, se atornillan,
se desmayan, reviven, resplandecen,
se contemplan, se inflaman, se enloquecen,
se derriten, se sueldan, se calcinan,
se desgarran, se muerden, se asesinan,
resucitan, se buscan, se refriegan,
se rehuyen, se evaden, y se entregan.



Gracias.

viernes, 15 de abril de 2011

Cual rosa.. (I)

“Solía ser normal en ella eso de mirar al infinito, mirar a ningún sitio, buscar la nada en el todo, sentir el todo en la nada.
Solía ser normal en ella, hasta que apareció.
Apareció aquel frío diciembre sin avisar, como un soplo de aire helado, como una ola de calor inesperada, como una tormenta. 
Como una tormenta perfecta que deja tras de sí los rayos del sol atravesando las nubes.
Y tan perfecta cual rosa era ella, y cual rosa también pinchaba.”
Boca de metro de Ascao, primer viernes de abril, cinco de la tarde. Salió y comenzó a andar, en dirección a la Parroquia, ése templo que más que divino parecía un mal parto de construcción que bien podía haber sido abortado. Pasó el parque y se sentó a esperar en uno de los bancos frente al colegio. Gritos, avalancha, se abren las puertas y los niños salen cual jauría de lobos hambrientos. Salieron dos angelotes sin alas, volando. 
La primera de cuatro años, pelo negro, ojos verdes, dulce, tez clara como la luna y una sonrisa iluminada por las más altas esferas del Olimpo. El segundo de siete, pelo rubio, ojos miel, tez clara, pecas colocadas cual cielo estrellado y repartidor de besos dulces para enamorar. Motivo de felicidad.
Oh si, era viernes, lo que significaba tarde en el parque, lo que para los niños era un placer y para ella una maldición. Ir al parque significaba madres, madres normales con hijos normales, casas normales, vidas normales... ¡Maridos normales!. Pero no, ella no tenía nada de eso. Ni marido ni suegra, el cotilleo ideal para esas "compañeras" del parque del viernes.
“Ya no le interesaban los amaneceres al lado de su cuerpo, los desayunos en la cama con un café, unas tostadas con tomate y una rosa (sin espinas). Prefería noches intermitentes de calor humano nunca antes probado. Renovar cada mañana, un borrón y cuenta nueva de pieles, cuerpos, olores y calores. Había descubierto a un nuevo ser en ella, dispuesto a disfrutar, a sentir y a vivir, un nuevo ser que clamaba sentir algo nuevo, sentirla a ella. 
A ella y a otras muchas, pues una experiencia abrió la puerta al camino de baldosas amarillas... ¡Y que baldosas! Un pasito, una baldosa. Otro pasito, otra baldosa. Y en cada baldosa una rosa, y en cada rosa unos labios que con unos brazos rodeaban de pasión un cuerpo olvidado.”
Ahora ella la tenía a ella. Ella era su rosa, ella era su olor por las mañanas, ella era su desayuno caliente. Y caliente era, tan caliente que quemaba. Y bella cual rosa también era y tan pura que pinchaba. 
Dicen que el amor que no duele no es amor verdadero, que el amor sin pasión no se disfruta, el amor si no desgarra no es amor... Desgarrar lo hacía y pasión tenía.
Para los niños no había alguien mejor y para ella tampoco. La vida sonreía, si, el sol salía cada mañana y si no lo hacía ya se encargaba ella de teñir de luz el día.

martes, 12 de abril de 2011

Recuerdos..

La memoria es como una pintura en construcción, como una piscina sin agua, un cauce sin río. Los recuerdos son el óleo que se esparce, el agua que se estanca o fluye y termina en el mar, un mar repleto de gotitas que se mezclan unas con otras sin orden ni control.
Son los recuerdos los que nos enseñan a seguir, nos limitan el camino o nos abren las puertas del mañana. Sin recuerdos no hay persona.
Los recuerdos son creados, no sólo almacenados. Nos inventamos la mitad de la memoria, para ocultar malas pasadas, para adornar experiencias bellas o por no sentirnos incapaces de recordar.
"Recuerdo un 19 de febrero, salir del colegio, colocar a todos mis amigos y amigas en fila e ir repartiéndoles una bolsa repleta de golosinas a cada uno. Me iba, y quería ser recordada. Aún hoy me pregunto si ellos se acordarán con la misma intensidad que yo lo hago. No fue fácil, tampoco recuerdo aferrarme a un hierro llorando y gritando. Nunca fui amiga de expresar demasiadas emociones.
Cuando llegué a la que era y siempre será “mi casa” todo estaba empaquetado, encajado, embalado... Mi casa, la que algún día estuvo llena de recuerdos, de peluches, de fotos, de aromas, estaba ahora repleta de objetos sin sentido, repletos de todo lo que daba sentido a mi vida. Recuerdo a una amiga de mi madre, de estos que se pueden llamar “de toda la vida”, regalarme unos pendientes a modo de despedida. Los pendientes eran horribles, creo que jamás volví a verlos, pero los recuerdo (o eso creo) con total claridad. Recuerdo la escena exacta, el lugar en el que estaba, el color que se veía detrás de la ventana, la jaula del canario, mi madre detrás de mi... Es curioso que recuerde al canario en esa escena, pues creo que tal canario ya no existía, pero bueno, los recuerdos son así.
Lo siguiente fue el tren, Madrid Chamartín - Alicante. Probablemente un Talgo. Cuatro asientos y una mesa en medio. Mi padre, mi madre, mi tía abuela y yo. No era el alma de la fiesta en ese viaje, precisamente, si no iba mirando o admirando los paisajes manchegos por la ventana, iba leyendo las cartas de mis amigas. Cartas que me habían escrito a modo de despedida, una manera de decir un adiós con prisas. Cartas que guardé bajo mi cama durante largo tiempo y que, creo, aún conservo.
Cartas... Aún escribíamos cartas. "
Son recuerdos o invenciones, mantenidas en la memoria y que probablemente me cueste olvidar. Si las olvido probablemente las rellenaré, las reinventaré, las recolorearé... Pero no me quedaré sin recuerdos, al menos no sin los recuerdos que hoy por hoy me hacen ser quien soy.
No se mide el dolor por la edad del que lo sufre sino por la intensidad a la que ahoga, por el eco que deja. Al fin y al cabo la vida es así, los amigos se van, cambian las cosas, se crece... Pero supongo que más que los hechos son la manera en que ocurrieron lo que nos hace recordarlos.
“Son cosas que pasan”, -dicen los que no lo “pasaron”.
Es el efecto mariposa, es la suave brisa que sopla en la nuca y te introduce un lindo escalofrío. 
Y la felicidad siempre está ahí, aguardando en la próxima parada, en la próxima ciudad, en el próximo hogar. Las cosas no siempre son fáciles, éste fue el comienzo de los “no mejores” años de mi vida, pero gracias a ellos encontré el camino de baldosas amarillas que hoy por hoy me guía hacia el maravilloso mundo Oz.